Bruselas 2016 (Fotografía y texto: Antonio Carro)
Entre estúpidas discusiones maniqueas que no conducían a ninguna parte, de repente, me despertó un recuerdo. Tus delicadas caricias de terciopelo que recorrían mi cuerpo y tus besos, sobre todo tus pausados besos. Apagué el ordenador, me levanté de la hundida silla y, con una espontanea sonrisa, cogí las llaves para salir a buscarte.
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