Aunque las fotografías de paisaje no me interesan mucho, el sitio es espectacular para este tipo de fotografía. En otoño, las hojas y árboles de tonos cálidos van cubriendo el camino. Muy recomendado para amantes del senderismo y del aire puro. Un pueblo muy tranquilo, con unas rebanás de pan cateto acaompañadas de aceite de oliva virgen que quitan la respiración, y barato, muy barato. Ya te digo; en la ciudad nos timan y se come peor que en cualquier pueblo. Indicado para desconectar y escuchar pajaritos durante el amanecer.
P.D: Para el frío te toma dos copitas de "mosto" (vino que, según me dijo un hombre muy amable, el cual me aconsejó tomar esta delicia, está sacado de la uva pisá y ya está, sin ningún proceso químico ni porquerías) y se te quita en el tercer buche, de "luho" como dice mi hijo.